Al
cabo de unas, más o menos, 3 horas, el tema de conversación pasó a ser
historias de miedo, puesto que ya había anochecido y nos encontrabamos
ahora en un botellón en un descampado. Nos contabamos historias
terroríficas y acabamos realmente asustados. Entonces Safías, el chaval
gótico amigo de Pablo, dijo que conocía una forma de ver al Diablo.
Le
escuchamos con, la verdad, una atención de cuando te cuentan un chiste.
El procedimiento que hay que seguir es el siguiente:(Textualmente)"En
Nochebuena, justamente a las 12 de la noche, el Diablo hace la
inspección en la Tierra, la única en el año, así que si queremos verle
tiene que ser ese mismo día a esa misma hora. Vete al baño, puesto que
es el lugar más propicio para realizar el evento, y cierra la puerta.
Enciende
12 velas, al poder ser negras, y situate enfrente del espejo. Cuando
quede poco para que sean las 12, cierra los ojos y situate, como dije
antes, enfrente del espejo. Mantenlos cerrados hasta que quede solo una
campanada de las doce que debe sonar. En ese segundo verás al Diablo en
el espejo"Todos nos lo tomamos a broma, pero David, otro amigo con el
mayor valor que he visto nunca, dijo que lo haría sin problema.
Estabamos
a 20 de Diciembre, así que en cuatro días lo haría, solo pedía que
hubiese un testigo, y que sería en su casa. Ese testigo fui yo.24 de
Diciembre, las 23:55. Todo preparado y nadie que nos moleste. Entró
David solo, yo tengo mucho miedo a esas cosas. Se cerró la puerta y
esperé sentado afuera. Las campanadas sonaron, y yo estaba al acecho de
que algún ser estuviese espiando para darme un susto, pero no pasó nada.
Suspiré, aliviado, y llamé a David.
No contestó. Atemorizado, abrí la puerta de un
golpe, y encontré a David en el suelo, agarrandose el corazón. Y en el
aire se olía el inconfundible rastro del azufre. Llamé a la ambulancia a
toda prisa y como pude, y se lo llevaron al hospital.Le diagnosticaron
un infarto al corazón a causa de un sobresalto, una crisis nerviosa.
Yo
no pude dormir durante meses, hasta que fui tratado por un psicólogo.
Cuando por fin David se recuperó, me dijo a mí sus primeras palabras:"Lo
he visto . . . Tengo mucho miedo"Ahora ya he conseguido dormir, pero
David no es ya el mismo. Recuperó algo de su vitalidad, pero aún se le
nota muy apagado, triste. Dicen que es porque el infarto lo deja a uno
mal. No fue eso: fue lo que vió en el espejo. Y estará así hasta que se
muera.
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